Por: Dante Queirolo,Profesor adjunto del Laboratorio de Tecnología Pesquera de la Escuela de Ciencias del Mar, Universidad Católica de Valparaíso (PUCV)
«Habitualmente, el tema pesquero aparece en la discusión política del país evidenciando tensiones entre actores artesanales e industriales, confundiendo a la opinión pública acerca de los problemas de fondo del sector».
El caso del proyecto que busca que la jibia sea capturada exclusivamente con poteras y/o líneas de mano y, por ende, impedir que sea capturado con redes de arrastre, redes de cerco u otros sistemas, es uno de ellos. Independiente de las argumentaciones de uno y otro lado, la mayoría de las veces olvidamos la base científica. En particular en este caso, se ha puesto toda la atención por las artes de pesca sobre un recurso pesquero que puede resultar transitorio como la jibia, y es lamentable que se concentren muchas expectativas productivas para la región.
Al interior del Comité Científico-Técnico, que asesora a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) acerca de la jibia, se evidencia la incertidumbre respecto al estado de situación del recurso, afirmándose que la jibia no estaría ni agotada ni sobrexplotada, concluyéndose que su estado es indeterminado. De este modo, la mayor preocupación respecto a la actividad pesquera extractiva de jibia no está referida al sistema de captura en sí mismo sino a la relativamente alta probabilidad que este recurso en el futuro no ingrese a aguas nacionales, ya sea por los altos niveles de mortalidad que ejercen flotas extranjeras en aguas internacionales y/o por cambios ambientales de gran escala como el fenómeno de El Niño. Esto constituiría un grave problema social y económico para el sector pesquero nacional, ya que difícilmente podría reorientarse el esfuerzo a otro recurso pesquero con equivalente beneficio económico. Se requiere entonces de planes de manejo que sean conscientes de escenarios futuros desfavorables, considerando por ejemplo la necesidad de crear un fondo para ir en ayuda de quienes han perdido sus fuentes de ingreso debido a cambios drásticos en la dinámica de las poblaciones marinas.
Se ha argumentado que el uso de poteras y/o líneas de mano aseguran un tratamiento sustentable de este recurso pesquero, aseveración que merece ser analizada en varias dimensiones. En primer término, el uso de uno u otro sistema de captura no es garantía por sí mismo de asegurar la tan deseada sustentabilidad, y aunque sea incómodo de escuchar, no importa mayormente el sistema de pesca que se utilice en este caso para capturar la jibia sino la fracción de la biomasa que se remueva de la población (mortalidad por pesca o captura). Si se exceden los niveles de mortalidad por pesca recomendados científicamente, pasa a segundo plano el sistema de captura que fue empleado, impidiendo en definitiva alcanzar los objetivos de sustentabilidad.
En el caso de la jibia, los niveles de captura han sido más bajos que la recomendación científica, que bordea las 200.000 toneladas, sin embargo, esto tampoco dará garantías de sustentabilidad por una característica propia de la especie; se trata de una población visitante (población abierta) y, por lo tanto, no es residente exclusivo de nuestras aguas en Chile. En definitiva, la fracción de la población de jibia que ingresa a aguas nacionales no depende de nuestras medidas de administración sino del manejo a nivel internacional que se pueda realizar y de la variabilidad propia del ecosistema que incide en los procesos biológicos relevantes que afectan a su población.
Mientras al interior del país se discute el pescar con uno u otro sistema de captura, la Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (OROP-PS) está avanzando a pasos fuertes para un futuro manejo del recurso, lo que desencadenará en cuotas de captura por países en el mediano plazo.
Por lo tanto, desde un punto de vista práctico si se quiere ver así, conviene trabajar fuertemente en una posición país para que dispongamos de antecedentes científicos e historia pesquera suficiente para avanzar en el manejo pesquero a nivel del océano Pacífico en la OROP-PS. Seguramente quienes quieran ver la situación de la jibia desde una perspectiva más objetiva, comprenderán que no se trata entonces del problema de uno u otro sistema de captura, o si el recurso debe ser capturado por industriales o artesanales, lo cierto es que como país estamos discutiendo medidas de administración pesqueras en el Congreso sin la debida profundidad y conocimiento técnico y científico, intentando además alcanzar soluciones con visión de corto plazo.
La mirada y el manejo que debemos tener sobre los recursos pesqueros son, sin duda, otros.