Por unanimidad los diputados de la Comisión de Pesca respaldaron la norma que modifica para situaciones especiales, la prohibición de captura de ejemplares provenientes de cultivos de acuicultura.

La fuga de casi 700 mil salmones desde una planta de cultivo de Marine Harvest en Calbuco, en julio pasado, encendió las alarmas y fue factor clave para apresurar el trámite del texto (boletín 11571).

La iniciativa,aprobada por unanimidad en su idea de legislar, permite a los pescadores artesanales capturar especies salmónidas provenientes de las jaulas de las salmoneras, dado el carácter depredador de este pez en el ambiente libre.

El proyecto, según explica el diputado Bernardo Berger (RN), elimina las sanciones por captura y venta de salmones en casos especiales, «como las situaciones que hemos conocido públicamente, como las fugas desde las balsas jaulas que existen en los criaderos, ya sea por situaciones de carácter técnico o de carácter climático, donde se produce una fuga masiva de salmones que no se pueden recuperar».

Para el presidente de la Comisión, diputado Gabriel Ascencio (DC), la iniciativa es clave porque termina con una restricción que perjudica seriamente el trabajo de los pescadores artesanales, al impedirles la captura de una especie hoy presente en el mar.

«Cualquier pescador que hoy captura un salmón, si lo declara, lo infraccionan; si lo devuelve al mar, también lo infraccionan, entonces es muy difícil para ellos, sobre todo porque, además, los salmones están ahí», precisó.

El proyecto cuenta también con el respaldo de los trabajadores de la propia industria salmonera quienes están conscientes del daño que este pez provoca en el medio libre y la posibilidad de que este afecte todo el ecosistema, como precisó el presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Industria del Salmón y Mitílidos de Chile, Osvaldo Alarcón, quien explicó que cualquier ejemplar que escapa de sus centros de cultivo o de cautiverio «debiera ser capturado de cualquier forma y bajo cualquier medio».

«Sabemos que el salmón es un depredador y sabemos el daño que este puede ocasionar en el tiempo en que se encuentre en el medio libre, por la sencilla razón que va a depredar muchas otras especies que son ajenas a la industria salmonera», remarcó.

Cabe agregar que la norma, que será analizada ahora en particular, impone fuertes sanciones para impedir el robo o la rotura intencional de las jaulas de proceso de las salmoneras, con el objeto de cautelar también el desarrollo de la industria.