Sostienen que desde que se abrió la pesquería a los industriales en la zona sur en 1992, se activó una especie de cerco que paulatinamente ha ido impidiendo el paso del bacalao hacia el norte.
El bacalao de profundidad (Dissostichus eleginoides) es un pez de aguas antárticas y subantárticas que presenta una amplia distribución geográfica que abarca aguas alrededor del cono sur de América. En el Pacífico Oriental, costas de Chile, el bacalao alcanza su distribución más al norte alcanzando hasta el sur de Perú, explicado -según sostienen los artesanales que operan esta pesquería- por la intuición hasta esas latitudes de las masas de aguas intermedias antárticas que se van profundizando.
Las investigaciones realizadas sobre el bacalao de profundidad han aportado al conocimiento de la especie, determinando que el desove ocurre al sur del paralelo 47°S, determinando un foco de desove en costas chilenas al sur de la latitud 53°S, entre los meses de julio a agosto, realizando posteriormente un desplazamiento hacia el norte por la costa del Pacífico y del Atlántico.
Es así que desde el ingreso de los industriales a esta pesquería, los artesanales constantemente los han acusado de «depredar» el recurso.
En diálogo con AQUA, el presidente de la Asociacion Gremial de Bacaladeros de Valdivia (Ademarval), Raúl González, hizo referencia al artículo titulado «Chilean seabass: El fino pez que tiene nombre nacional, pero cada vez se captura menos» y dijo querer aclarar ciertos puntos que considera «necesarios para tener una visión completa sobre la real situación que afecta a este recurso en Chile».
Comenzó argumentando que la pesca extractiva del bacalao de profundidad, conocido también como Chilean seabass, se realiza con fines comerciales desde los años ’80, «siendo la pesca artesanal la impulsora de esta actividad en Chile y la única realizada en el mundo por artesanales, abriendo los caminos comerciales hasta lo que es hoy día».
A su juicio, ¿cómo ha cambiado esta pesquería desde la llegada de los industriales?
Con la apertura de los mercados en el exterior, se inicia el desarrollo de esta pesquería realizada exclusivamente por el sector artesanal, expandiéndose hacia otras regiones e incorporándose a ella un gran número de embarcaciones.
En agosto de 1991 se autorizó a nueve barcos fábrica para realizar una pesca de investigación del bacalao de profundidad al sur del paralelo 47° L.S. hasta mayo de 1992, que posteriormente fue extendida hasta junio del mismo año.
Esta pesca fue indiscriminada, creando los problemas que se mantienen hasta hoy. Esto ocurre a raíz de la crisis pesquera de la Región de Magallanes, donde surge una flota de buques factoría que después de acabar la merluza austral dirige su esfuerzo al bacalao, siguiendo decisiones políticas y no científicas.
Históricamente esta pesca artesanal se desarrolló entre Chiloé (Región de Los Lagos) y Arica (Región de Arica y Parinacota), pero desde que se abrió la pesquería a los industriales en el año 1992, en la zona sur, se activó una especie de cerco que hizo que paulatinamente se cortara el paso del bacalao hacia el norte, provocando el agotamiento de los caladeros tradicionales, lo que ha obligado a la flota artesanal a buscar nuevos caladeros, siempre más al sur.
¿Cuál es el estado de la pesquería de bacalao hoy?
No podemos tratar el tema del bacalao en Chile como dos cosas distintas, me refiero a la pesca industrial y a la artesanal y, en este contexto, hoy tenemos una pesquería en estado de sobreexplotación, que nos afecta principalmente a los artesanales distribuidos a lo largo de todo chile.
Retomando con los aspectos administrativos de la pesquería de bacalao de profundidad, el Memorándum N°136 del 14 de abril de 1992, que corresponde al informe técnico que sustenta la declaración del régimen de pesquerías en desarrollo incipiente del bacalao de profundidad al sur del paralelo 47° L.S. (D.S. N° 328 de 1992), indica que en aquella época fue considerada como la mejor opción de administración del recurso y que garantizaría en mejor forma su conservación en el largo plazo, situación que efectivamente no ocurrió y que hoy tiene esta pesquería en grave estado de sustentabilidad; nuevamente aquí observamos que se utilizaron parámetros políticos y no científicos para administras esta pesquería.
La política actual de cautelar los recursos pesqueros, dando un criterio científico a la determinación de cuotas, nos parece acertado y probablemente agregaría que tardío, ya que si se hubiera implementado esto años atrás no estaríamos en las condiciones que presentan muchos recursos hoy en día. Es necesario también indicar que estas medidas de administración afectan gravemente al sector artesanal, ya que las cuotas asignadas para nuestro sector nos permiten trabajar los primeros cuatro meses del año sobre este recurso, pero entendemos que estas medidas nos permitirán en un futuro recuperar esta pesquería y hacerla sustentable.
Es necesario implementar acciones como cuotas en zonas que abarquen no solo limites político entre naciones, si no sobre zonas que comprendan su hábitat general, esto en relación con nuestros vecinos argentinos que han aumentado sus cuotas de extracción últimamente.
¿Qué opinión tienen de las actuales cuotas de captura para este recurso?
En el marco de los resultados obtenidos por el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) sobre el estado de explotación de bacalao de profundidad, los excesos en las cuotas de captura con respecto a las recomendaciones establecidas por este Instituto, evidencian un elevado riesgo en la sustentabilidad de la población.
Este escenario se ve acentuado debido a las características biológicas del bacalao de profundidad, por ser una especie longeva que alcanza su madurez reproductiva aproximadamente a los siete años de edad y que presenta una baja tasa de mortalidad natural, aspectos que están fuertemente relacionados con la sustentabilidad del recurso. Esto significa que la población del bacalao de profundidad que se distribuye a lo largo de la costa de Chile no es capaz de sostener una alta tasa de explotación (esto es, altas cuotas de captura), lo que pone en riesgo su conservación en el mediano y largo plazo.
En ese sentido, los artesanales estamos muy preocupados sobre este tema y veríamos como una muy mala señal aumentar las cuotas de bacalao en Chile, conocemos los riesgos que ello implicaría y sabemos que en el sur (al sur del paralelo 47°) la pesca aún puede ser abundante, pero no es capaz de repoblar los caladeros hacia el norte, circuito que biológicamente hizo por mucho tiempo, cuando no se pescaba industrialmente en esas zonas. Todo esto suena como el ‘pago de Chile’, descubrimos, desarrollamos e hicimos económicamente atractivo este recurso y ahora estamos luchando para no desaparecer, producto de una mala política de administración pesquera.
La flota artesanal que opera sobre el recurso bacalao hoy en día es de 126 embarcaciones, dando empleo directo a 1.260 personas y sus respectivas familias, pescadores artesanales distribuidos desde Arica hasta Magallanes, y empleos en forma indirecta a 4.000 personas aproximadamente.
En definitiva, ¿cómo resumen los riesgos sobre esta pesquería?
Que no seamos capaces de ver más allá del negocio a corto plazo, que llevemos esto solo a un montón de dinero para unos pocos, que no veamos la actividad pesquera en Chile como un sistema de vida que involucra a muchas personas; este es el verdadero riesgo.
El estado de la pesquería no es solo un estudio que puede ser manipulado según sea quién lo paga, nuestro sector tiene la claridad que el bacalao chileno debe ser una pesquería solo artesanal, sustentable de Arica a Magallanes y en esta lucha nos mantendremos.
(AQUA)