Riquelme planteó que la definición de los artes de pesca es una materia administrativa que corresponde zanjar a la Subsecretaría.
El subsecretario de Pesca y Acuicultura, Eduardo Riquelme, argumentó ante la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura del Senado porqué el Ejecutivo se opone al proyecto de ley que busca fijar la potera o línea de mano como único método para capturar jibia.
La autoridad previno que existen razones de «fondo y de forma» para rechazar esta iniciativa, aprobada recientemente por la Cámara de Diputados y radicada ahora en el Senado, para enfrentar su segundo trámite constitucional.
Entre los argumentos de fondo que considera el Ejecutivo, aludió a la inconveniencia de que los métodos de pesca puedan ser definidos por ley, con la consiguiente rigidez que ello implica.
«Es malo, en general, que la ley empiece determinar cómo se pesca cada uno de los recursos. Si ahora se hace con la jibia, después se podría querer hacer respecto de la reineta, el jurel, el bacalao. Es inconveniente, en primer lugar, porque estas decisiones deben tener un fundamento técnico», sostuvo el subsecretario.
Y continuó: «el que este aspecto quede regulado por ley, además, establece una rigidez. Porque después, para modificar el arte de pesca, habría que modificar la ley. Si, en cambio, quedan determinadas las artes por vía administrativa, pueden irse haciendo ajustes», argumentó.
Pero la exposición del subsecretario se detuvo especialmente en el escenario adverso que podría enfrentar Chile, si llega a prosperar la idea de fijar la potera como único método de captura.
En ese punto, recordó que nuestro país forma parte de la OROP-PS, una convención multilateral que regula la pesca de alta mar en el Pacífico Sur y que podría determinar cuotas para la captura de este molusco cefalópodo, en un futuro cercano.
Actualmente, la cuota de jibia en Chile es de 200.000 toneladas. Por ley, el sector industrial puede capturar el 20% de esa cantidad (40.000 toneladas), mientras que la porción del rubro artesanal llega al 80% (160.000 toneladas).
El año pasado, advirtió Riquelme, el sector artesanal no logró pescar la totalidad de su cuota, pese a que emplea dos sistemas para atrapar jibias: potera y cerco.
«Si con estos dos artes de pesca, el sector artesanal no alcanza hoy a capturar las 160.000 toneladas, es razonable pensar que solo con un arte de pesca (potera), podría capturar todavía menos cuota», enfatizó.
En dicho escenario, el sector industrial estaría fuera de esta pesquería, pues sus embarcaciones no se encuentran habilitadas para capturar jibia con potera.
«Cuando empiece a discutirse la cuota de la jibia en la OROP-PS, el gran argumento que tendremos como país para tratar de lograr una cuota de captura, será nuestro registro de desembarques. Por lo tanto, se anticipa difícil mantener la cuota que poseemos actualmente (200.000 toneladas), si no podemos demostrar capturas históricas por esa cantidad», sostuvo ante los senadores.
Al abordar los argumentos formales en contra del proyecto de ley, Riquelme planteó que la definición de los artes es una materia administrativa que corresponde zanjar a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca) y recordó que su antecesor en el cargo esgrimió en este plano el mismo argumento.
«La Subsecretaría tiene, por ley, la facultad de regular los artes de pesca en cada una de las pesquerías. Es una atribución general y que se ejerce sobre la base de consideraciones científicas y tecnológicas. Es una posición que no es de ahora», subrayó Riquelme frente a la Comisión.
La autoridad recalcó que estos asuntos son «de iniciativa exclusiva del Presidente» y, desde esa perspectiva, previno que el proyecto de ley contraviene lo dispuesto en la Constitución. De hecho, acotó, la propia Cámara de Diputados había declarado en su minuto la inadmisibilidad de la propuesta.
El subsecretario acudió a la Cámara Alta junto con el jefe del Departamento de Pesquerías de la Subpesca, Javier Rivera, quien expuso sobre la jibia y despejó dudas planteadas por los senadores.